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Beijing

Nuestro último destino de China es, como no, visitar la urbe de la capital del país, Beijing. Con más de 16 millones de habitantes, nos abruma un poco enfrentarnos a ella pero seguro que nos sorprende.

Lo primero que queremos es buscar uno de los hutones de la ciudad para alojarnos y elegimos este hostel más que apañado.

Nuestra primera visita en la ciudad es la plaza de Tiananmen, la cual yo solo conozco por la mítica imagen de la persona que se puso delante de los tanques en las famosas protestas de 1989.

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Plaza de Tiananmen

Aprovechamos para visitar la ciudad prohibida que está justo al lado. La ciudad prohibida fue el complejo de palacios donde residieron muchos de los emperadores de la dinastía Ming y Qing. La entrada son 60¥ por persona.

Es un recinto muy cuidado con infinidad de estancias que visitar, museos y jardines cuidados al más mínimo detalle. Como todos los lugares de China, aquí también hay muchísimo turismo nacional.

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Entrada a la ciudad prohibida
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Trono del emperador
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Exteriores
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Armaduras emperadores

A la salida nos dirigimos a visitar uno de los hutones de la ciudad. Es muy curiosos cómo es la vida en uno de estos callejones de la ciudad. Todo parece una locura a nuestros ojos pero perfectamente estructurado para los que viven allí. Lo mejor es perderse por uno de estos hutong y disfrutar.

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Hutong

La siguiente visita interesante es ver cómo administran el ocio los habitantes de Beijing en el parque del templo del cielo. Se encuentra fácilmente en un mapa y se puede llegar a él perfectamente en metro.

En este parque acuden diariamente la gente a disfrutar de todas y cada una de las aficiones que tienen (música, deportes, bailes, rezos, etc).

Otro de los días nos dirigimos a visitar la gran muralla china. Escogemos la visita del sector de Simatay (140km de Beijing) ya que está mucho menos concurrido y está en mejor grado de conservación.

Esta visita es un poco peculiar ya que te dan un tiempo para recorrer sus 11km de recorrido. Tiempo da de sobra, aunque conviene no dormirse en hacer miles de fotos.

La vista de la muralla impone y te lleva a otra época imaginando la cantidad de gente que se necesitó para construirla. Una pasada de visita.

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Gran muralla
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Torreón
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Colinas

Al terminar el recorrido se llega al lago Mandarin Duck donde se cruza este por un puente colgante. Para llegar al pueblo se puede atajar bajando por una tirolina que te cruza el lago hasta el embarcadero del pueblo.

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Mandarin Duck
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Tirolina

Para finalizar nuestra visita a Beijing no podía faltar la calle de compras más famosa del mundo entero, la calle de la seda. Aquí todo se puede comprar y todo es falsificable. Seguro que no os iréis con las manos vacías. ¿Apostamos algo?

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