Comenzamos el viaje visitando la ciudad de Acre. Se dice que es una de las ciudades más antiguas del mundo donde pasaron pueblos como los asirios, tolomeos, cristianos, árabes, otomanos, judíos, etc.
La primera visita que hacemos es a la ciudadela de Acre de origen otomano. En ella visitamos las distintas fortificaciones que tiene, así como un túnel templario directo al mar que tenían los cristianos para desalojar mercancía y como vía de escape en caso de asedio de la ciudad.
Hemos reservado un Kibbutz a las afueras de Acre donde pasaremos la noche. El sitio nos ha parecido simplemente genial y lo recomendamos.
Al día siguiente visitamos el mar de Galilea. Es una lago de agua dulce de origen volcánico donde se cree caminó sobre sus aguas Jesús. El agua proviene del río Jordán desde el norte del mismo. La ciudad de Tiberíades la construyó el rey Herodes en memoria del emperador romano Tiberio.
En esta zona también visitamos las ruinas de Kfar Nahum, según dicen la ciudad donde Jesús predicó y realizó numerosos ‘milagros’. Es una visita corta ya que el complejo no es muy grande. Está bien para completar huecos en el viaje.
A mitad de camino hacia el mar muerto, nos paramos en una ruinas romanas Beit She’an National Park que nos han aconsejado visitar. El recinto es muy interesante y merece la pena parar a echar un vistazo.
Lo realmente duro fue la comida. Aquí comen como limas!