Para llegar a la isla de Zanzibar desde Tanzania, se puede hacer por avión o por ferry. Nosotros escogemos esta segunda opción por ser más económica. El trayecto dura unas 2:30h. Una cosa a tener en cuenta es que en los ferrys solo reservan 15 plazas para extranjeros por lo que, si se pretende viajar a la isla, ha de reservarse el billete con antelación. El precio del billete son 30$/persona.
Nada más llegar a tierra, nos cogemos un taxi para ir a la zona norte de la isla, más concretamente, a Nungwi. En 1h aproximadamente llegamos a nuestra primera parada en Zanzibar.
Lo que primero llama la atención es el color del agua y de arena. Pocas veces he visto algo tan bonito como destino de playa.
Nungwi es un destino básicamente lleno de turistas buscando sus playas paradisíacas y sus actividades acuáticas. Es fácil contratar excursiones a algún arrecife de coral para hacer snorkel, hacer inmersiones de buceo o simplemente estar tirado en la playa.
Nosotros contratamos la visita al atolón de Mnemba. Resultó ser todo un acierto ya que es un sitio espectacular y se ven muchísimas especies de peces y, si hay suerte, se pueden ver tortugas y delfines. La excursión fueron 20$/persona y estuvimos casi todo el día fuera. Consejo, si eres de los que se marea, vete preparado ya que en las embarcaciones se pasa realmente mal.
El siguiente destino al que vamos dentro de Zanzibar es Paje. Esta pequeña zona de costa se encuentra al este de la isla y es completamente diferente a la parte norte de Nungwi. Aquí el agua es de un color turquesa y es mucho más salvaje y menos turística.
Hay una playa grandísima donde poder darse unos paseos infinitos y disfrutar del paisaje que la rodea.
Encontramos de casualidad en mitad de la playa una especie de restaurante regentado por chicos locales que preparaban lo que pescaban en el día. Una auténtica maravilla lo que hacen estos chicos y os lo recomendamos.
Paje, además, es un destino perfecto para los amantes del kite-surf. Encontraréis millones de cometas surcando los cielos de esta zona. Es un sitio ideal si quieres aprender este deporte tan chulo.
Nuestro último destino en Zanzibar es su capital, Stone Town. En la capital hay muchísimas cosas que ver y que hacer. Una de las cosas que hicimos y que nos sorprendió mucho es perdernos por las callejuelas del centro. Es como estar en un laberinto pero donde siempre descubres algo interesante de ver en casa esquina.
El museo del palacio y la casa de las maravillas son otras dos atracciones turísticas de la capital. El primero era la residencia del sultán a primeros de siglo XX y la segunda es la sede del museo de historia nacional de Zanzibar. Son visitas cortas pero interesantes.
Sin duda, una de las mejores visitas que se pueden hacer desde Stone Town es visitar la minúscula isla de Prison Island, antiguo recinto donde encerraban a los esclavos rebeldes allá por 1860.
La isla está rodeada de magníficos corales que se pueden visitar con actividad de snorkel. Son muy bonitos e interesantes pero lo que realmente llama la atención de esta visita son los nuevos inquilinos de esta isla, las tortugas terrestres de más de 100 años de edad.
En la entrada te dan hojas frescas para que puedas dar de comer a las tortugas. Las puedes tocar y son totalmente inofensivas. Eso sí, ten cuidado porque están hambrientas.
En la zona del puerto, se pueden degustar magníficas parrillas de verduras y de carne y probar un vaso de caña de azúcar recién exprimido es un auténtico lujo.
Una de las cosas de las que no os aburriréis es de ver las puestas de sol tan espectaculares que hay en esta isla. Un día con nubes por la tarde será de las mejores puestas de sol que se pueden ver.