Llegamos a Kunming procedentes de Lhasa con escala previa en Shangri-la. Kunming es una ciudad enorme de más de 1,5 millones de habitantes. A primera vista, no tiene demasiado interés salvo algún que otro parque que está bien pero a nosotros nos atrae venir hasta aquí para visitar la ciudad kárstica de Shilin.
Para llegar a Shiling, nos cogemos una tarjeta del hostel de las que vienen preparadas para dárselas a la gente, que por lo general no tienen ni idea de inglés, para que nos lleven donde pretendemos ir. Esto es muy común en todos los alojamientos ya que muy poca gente habla inglés y así te puedes mover perfectamente.
Llegar a Shiling nos lleva poco más de 1h desde la estación de buses de Kunming. La entrada son 140¥ por persona. El complejo es enorme y hay muchísimas cosas que ver en él. Parece una ciudad con millones de laberintos rodeado por millones de formaciones kársticas y con bosques enteros de bambú.
Como anécdota, decir que la gente se extraña mucho al ver occidentales por estos sitios y nos hacen fotos a escondidas como si fuéramos monos de feria.
La visita es súper recomendable y puede llevarte unas 3h dependiendo de cómo te lo quieras tomar de tranquilo. No suele haber muchísima gente (para lo que es China) y más o menos se va tranquilo.
Kunming, además, es un excelente punto central donde poder hacer numerosas visitas relativamente cercanas a él. Nosotros optamos por hacer el trekking de la garganta del salto del tigre en dirección a Lijiang.
Pero, para eso dedicamos otro post ya que consideramos que hay mucho que contar.