Nos vamos de escapada cultureta para conocer la ciudad de Budapest. Volamos con la compañía WizzAir aprovechando una oferta buena que vimos por internet.
Aunque solo vamos un fin de semana, es más que suficiente para conocer la ciudad y recorrernos los principales puntos de interés de la ciudad.
Reservamos en Locust Tree Apartments, un apartamento para 4 personas situado en una zona muy céntrica y cerca de los tranvías.
Antes de nada hay que saber que Budapest, como tal, está dividida en 2 zonas por el río Danubio. En el lado oriental del río se encontraría Pest y en el occidental está Buda.
Comenzamos la visita con el Parlamento húngaro, un bonito edificio a los pies del Danubio y uno de los más importantes de la ciudad. De obligada visita tanto de día como de noche. Las vistas, desde Buda, son las mejores.
Merece la pena pasarse a ver las esculturas en forma de zapatos dedicadas a las víctimas del partido fascista de la segunda guerra mundial. Se encuentran unos metros antes de llegar al parlamento.
Para llegar al parlamento se puede hacer en metro, bus o tranvía y las paradas son:
- Metro: Linea 2
- Tranvía: línea 2.
- Autobús: líneas 15, 70, 78 y 115
Nuestra siguiente visita la realizamos al Castillo de Buda y el Bastión de pescadores. Las vistas desde lo alto de la zona amurallada del parlamento y el puente de las cadenas es increíble tanto de día como de noche.
Para acceder a la zona alta de Buda, se puede elegir muchas opciones (bus, ascensor, funicular, etc) pero nosotros, por peculiar, escogemos el funicular. Las vistas son las mejores de la ciudad.
Desde aquí accedimos a la ciudadela, situada en lo alto del monte Géllert. En esta zona se puede visitar la fortaleza, además de un búnker de la segunda guerra mundial y, muy cerca de aquí, se puede visitar la estatua de la libertad húngara.
De camino al apartamento, visitamos el puente de las cadenas. Uno de los principales puentes que cruzan el Danubio. Tiene unas vistas de noche alucinantes y es una buena opción para ir volviendo hacia el centro.
El centro no es muy grande y merece la pena perderse un poco entre las calles. Siempre se descubre algún sitio chulo.
Otra cosa que hay que probar es la comida húngara. Degustar algún plato típico del país acompañado de la buena cerveza que por aquí abunda es un plan perfecto para cerrar un día como hoy.
Al día siguiente nos dirigimos a probar uno de los muchos y famosos balnearios que tiene la ciudad. Elegimos el balneario Széchenyi por ser uno de los pocos balnearios públicos de la ciudad y uno de los más grandes de Europa.
Está situado en Állatkerti krt. 11, muy cerca de la Plaza de los Héroes, y se llega a ella con la línea 1 de metro (parada Széchenyi fürdö). El horario: 6:00 a 22:00.
De vuelta se puede pasear por el parque que alberga el balneario y visitar la Plaza de los Héroes. Sin duda, Budapest merece ser visitada.